Profesores y Sicólogos. Ensayo.

psicólogos, ensayo

profesores y sicólogos
si consideramos la línea del tiempo en la educación chilena, y las disciplinas que han empezado a colaborar con ella, el sicólogo es un personaje relativamente nuevo. como tal, pareciera que aún no termina el período de adaptación. lo digo porque alcanzo a percibir en ellos una gran diversidad de enfoques y líneas de acción en su desempeño. también actitudes muy diferentes. es como si el norte de su quehacer no estuviera, aún, definido. no puedo dejar de recordar el “déjalo ser”, de la década de los 70’, que fué llevado al extremo opuesto con el “rayado de cancha” actual.


 
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el manejo conductual del grupo curso, tradicionalmente le correspondía al profesor, sin ningun tipo de ayuda. él, sin ser un especialista (en el sentido académico actual ), normalmente podía manejar los problemas individuales y grupales que se suscitaban en el aula. siempre hubo casos complicados, para que negarlo. el abanico de tipos humanos nos proporciona individuos agresivos, retraídos, autoritarios, dispersos, desatentos, desmotivados y muchos más, que terminan interfiriendo el desarrollo del grupo entero, al punto que debían ser tratados de modo especial y, en el peor de los casos, reubicados. situaciones como esta siguen siendo un desafío permanente para el educador quien debe empeñar el máximo esfuerzo para armonizar los factores que tiene a la mano. hay otros que no maneja, como las condiciones que ofrece el hogar y las circunstancias que rodean al estudiante más allá del colegio.
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la modalidad actual es que el profesor detecte casos conflictivos y los derive al profesional especializado, junto con la información pertinente. este lo atiende en su consulta; es decir, lo saca del contexto y, en estas condiciones realiza su labor de apoyo.
el alumno, fuera de su marco cotidiano es otra persona. las circunstancias cambiaron en forma rotunda. de manera que el sicólogo probablemente tenga al frente un sujeto que es apenas un débil reflejo de aquel que el profesor debe enfrentar en lo cotidiano. el sicólogo normalmente no hace clases. a lo más tiene contactos esporádicos con el curso, que no es lo mismo.
1448823114326-profesor_impartiendo_clase.jpgse produce entonces el contacto en la consulta. el profesional sondea, aplica instrumentos especializados, revisa antecedentes, saca conclusiones y las expresa en un diagnóstico. en esta etapa, hay que reconocerlo, pueden surgir datos y elementos muy valiosos para el trabajo educativo. posteriormente se elabora una estrategia que incluyen sugerencias para el profesor. aquí aparecen las primeras dificultades por una suerte de inaplicabilidad de las sugerencias mencionadas, en las condiciones normales de una clase. porque el profesor enfrenta una responsabilidad grupal y, salvo escasas excepciones, los colegios no ofrecen las condiciones para un trabajo efectivamente personalizado. hablo, idealmente, de grupos curso de no más de cinco individuos.
en estas condiciones se produce un diálogo de sordos entre el sicólogo y el educador, no porque el primero esté errado en sus planteamientos, sino por una dificultad de puesta en terreno.
la educación como proceso, visto a través de la ventana de la consulta del sicólogo pareciera ser más simple y manejable. pero la realidad es porfiada y siempre termina imponiéndose. resulta cómodo planificar estrategias desde un escritorio que dar la pelea en el terreno.
creo firmemente en el profesor como uno de los pilares básicos de la educación. la tecnología moderna podría, a corto plazo, envasar el proceso educativo en programas computacionales o quizás en que alternativa virtual, pero, finalmente, para producir un material de este tipo, es imprescindible el pedagogo que pueda concebir, organizar y sistematizar el proceso con objetivos claros que vayan más allá de la pura entrega de información. un computador por sí solo, no está en condiciones de escuchar al alumno con problemas e inquietudes, de entenderlo, de apoyarlo y menos de lograr una relación cálida.
también creo en el aporte de las disciplinas que colaboran con la educación, pero desde una plataforma justa y donde la realidad del día a día en el aula sea el norte principal.
me ha tocado escuchar, en boca de un sicólogo, que la pedagogía es una de las disciplinas “que se ha quedado atrás en relación al resto porque no ha evolucionado científicamente, sino en base a la pura experiencia de profesores que piensan que “se las saben todas” y que no tienen más que aprender”. esto podría ser tan falso como afirmar que la sicología es la ciencia más prolífera en teorías y la más pobre en resultados concretos y que está destinada a desaparecer porque el fenómeno humano es mucho más complejo que las fórmulas simplistas con que han pretendido clasificarlo y manejarlo.
tiene que haber, entonces, un punto de contacto armónico. no es justo que sea el sicólogo quien esté pidiendo contantemente al, educador que revise y se cuestione su quehacer (como si no fuera un proceso permanente). creo que la propuesta es válida para ambas partes, sobre todo considerando que una de ellas llegó bastante después de la otra.
enrique muñoz abarca.
enrique muñoz abarca, profesor de estado, publicista, artísta grabador, cantor y guitarrista (con los amigos y otros), escritor, cuentista y cuentero, y gran amigo de estas páginas, donde escribe de diferentes temas, con su acostumbrada mirada a los años de profesor, lidiando con sus alumnos. 

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